lunes, 21 de mayo de 2007

“El hombre autorrealizado”. Abraham Maslow












EL CONOCIMIENTO COMO REDUCTOR DE LA ANSIEDAD Y FACTOR DE CRECIMIENTO. “El hombre autorrealizado”. Abraham Maslow
Hasta ahora he estado hablando de la necesidad de conocer por sí misma, por el placer puro y la primitiva satisfacción del conocimiento y la comprensión per se. Hace a la persona más sabia, rica, fuerte, más evolucionada, más madura. Representa la realización de una potencialidad humana, el cumplimento de este destino humano prefigurado por las posibilidades humanas. Podemos compararlo al florecimiento sin obstáculos de una flor o al canto de los pájaros. Así es como un manzano produce manzanas, sin esfuerzo, sin trabajo, simplemente como expresión de su propia naturaleza interior.
Pero sabemos también que la curiosidad y la exploración son necesidades “más elevadas” que la seguridad; es decir que la necesidad de sentirse seguro, sin ansiedad ni temores es más fuerte y dominante que la curiosidad. Podemos observarlo abiertamente tanto en los monos como en los niños. El niño pequeño, si se le sumerge en un ambiente extraño, se aferrará característicamente a su madre y, sólo después, se aventurará poco a poco fuera de su regazo para ir investigando las cosas, explorando e investigando. Si la madre desaparece y el pequeño se asusta, también desaparece la curiosidad hasta el momento en que se restablece la seguridad. Tan sólo explora desde puerto seguro. (…)
El ser humano adulto es mucho más complejo y simulado por lo que hace a sus ansiedades y temores. Si no consiguen doblegarle del todo, tiene muchas posibilidades de reprimirlas, de negar incluso ante sus propios ojos que existen. Con frecuencia ni siquiera “sabe” que está asustado.
Hay muchas maneras de hacer frente a estas ansiedades y temores y algunas de ellas son de tipo cognoscitivo. Para tales personas lo desconocido, lo percibido con vaguedad, lo misterioso, lo oculto, lo inesperado son posibilidades de amenaza. Un modo de familializarse con todo ello, de volverlo previsible, dirigible, y controlable, es decir, de volverle inofensivo e incapaz de asustar, consiste en conocerlo y comprenderlo bien. Tal conocimiento no sólo reporta una función de avance en el desarrollo, sino también una función de reducción de la ansiedad, una función homeostática protectora. El comportamiento franco puede ser muy similar a éste, pero sus motivaciones quizás sean diferentes en grado sumo, lo mismo que sus consecuencias subjetivas.
Ya que cuando se actúa desde el desarrollo y no desde la seguridad o el miedo uno se siente más realizado, brillante, mas fuerte, maduro, capaz, triunfante, más perceptivo.
Esta dialéctica motivacional puede observarse a través de las grandes realizaciones humanas, la grandes filosofías, las esctructuras religiosas, los sistemas políticos y legales, las diversas ciencias y hasta la cultura considera como un todo global. Si lo formulamos sencillamente, quizás con simplicidad excesiva, diríamos que representa –en proporciones diversas – la consecuencia de las necesidades de comprender y sentirse seguro. Algunas veces, las necesidades de seguridad pueden ligar las necesidades de conocimiento a sus propios fines de reducción de la ansiedad, de un modo casi totalmente absorvente. La persona libre de ansiedades puede ser más osada y más valiente; puede investigar y teorizar per se. Es razonable suponer que esto último se acerca mucho más a la realidad de los hechos. Una filosofía, religión o ciencia de la seguridad, tienen muchas más probabilidades de resultar ciegas que una filosofía, religión o ciencia del desarrollo.

Extracto de un capítulo del libro de Abraham Maslow "El hombre autorrealizado"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y que es más importante para tener seguridad, el conocimiento útil (el que aplicamos a la vida diaria) o el conocimiento que nos lleva a recopilar miles de datos en nuestro cerebro, que pueden tener o no una aplicación práctica.
Últimamente le estoy dando muchas vueltas a eso. Antes era importante conocer datos (que siempre lo es para argumentar), pero ahora con las tecnologías esa información está al alcance de la mano de cualquiera interesado en encontrarla, por lo que es más importante comprender lo que ocurre ante nuestros ojos, que simplemente absorver ese conocimiento.
Ejemplo: Necesito conocer los nombres de los ministros o lo que me importa es comprender en qué consiste el trabajo concreto que están desarrollando o incluso cómo me afecta a mí su labor diaria.
El saber no ocupa lugar, pero sí tiempo ¿debemos invertir nuestro tiempo en memorizar o en comprender?
No sé que dirá Maslow al respecto, me tienes que dejar el libro (siempre he sido fan de la pirámide de las necesidades) Quizás sea más la experiencia que el conocimiento como tal, el que nos aporta esa seguridad. Puedo leer un libro sobre física cuántica y aprenderé los fundamentos, olvidaré mil datos, no me sentiré segura en cuanto a mis conocimientos sobre física cuántica porque están alejados de mi experiencia real (letras puras) No sé si me explico o si te he metido en mi bosque y no puedes ver los árboles.
bsos

Javier de la Ribiera dijo...

hola, creo que el conocimiento al que se refiere Maslow, no se refiere al práctico ni al acumulativo de datos sino al comprensivo, de quien eres tu, cúal es tu esencia primero, tu motor y después conociendo esto como puedes desarrollarte mejor siguiendo tus impulsos en esta sociedad, hay un conocimiento comprensivo tb de entender la historia, filosofía etc..., no tanto para acumular datos sino para entender las cosas q nos rodean y hacerse más conciente de las cosas, por supuesto creo, q tomar conocmiento es tomar conciencia y tomar responsabilidad para la acción, beso