viernes, 9 de marzo de 2007

Pantorrila fina de conejo



La tarde sin tiempo es un homenaje chino a la cantante Elizabetha, una mujer brillante. Su madre procedía de Rannun una isla muy tranquila del Pacífico y su padre no. Su padre, Ratonero Judío, era un tipo muy nervioso que de tan poco como sentaba el culo llegó a aquella isla a dar por ... sentado su culo en los muslos de Elizabeta Sin Hache, la madre de Elizabetha, que no tenía hache pero si mucho calcio en los huesos. En Rannun la leche de gaviota crespera se tomaba muy mucho y el conejo a la pantorrilla fina no. Por eso una vez que Ratonero Judío enamoró perdidamente a Elizabeta Sin Hache se la llevó a Cabrarente una aldea en el sureste de Sudán que era conocida en los dos pueblos más cercanos por su especialidad culinaria: el conejo a la Pantorrilla fina.

La cuestión era la pantorrilla del conejo, la cuestión era la pantorrilla del conejo, la cuestión era la pantorrilla del conejo, la cuestión era la pantorrilla del conejo, la cuestión era la pantorrilla del conejo, la cuestión era la pantorrilla del conejo que no teniendo apenas carne siempre te quedabas con hambre:

- Por favor camarero, ¿me pone otra pantorrilla fina, o mejor dos

- No lo siento, aquí no se puede repetir pantorrilla

- ¿cómo?, ¿qué me esta diciendo?, ¿qué yo no puedo comer otra pantorrilla? Y eso por qué

- No señor, son reglas de la casa, un cliente no puede repetir nunca pantorrilla fina de conejo, a menos que halla echo la digestión de la primera pantorrilla.

De manera que siempre te quedabas con las ganas de comerte otra pantorrilla, ese era el misterio del éxito del conejo a la pantorrilla fina. Cualquiera que probara aquel delicioso plato quedaba ultrajado para siempre a sucumbir en la adicción mas completa de la pantorrilla, por eso Cabrarente, una pequeña aldea de 17 habitantes, pronto llegó a tener dos millones, ¡imagínense cuantas pantorrillas!, imagínense todo lo que quieran, invéntense el final de esta historia.....venga

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